Hoy os vengo a hablar de una esencia que me ha hecho descubrir una parte de mí, y que me ha hecho darme cuenta de algunos patrones mentales que venía trayendo desde hace años.  Gracias a esta esencia he descubierto que tengo una tendencia a ser rígida con mis pensamientos y situaciones y aquí os voy a hablar de cómo me di cuenta.

Mi amiga la ansiedad

Considero que las personas en un momento dado deberían de ir a una terapia sea natural, psicológica o aquella que le haga sentir bien, para poner orden a mis pensamientos.  Yo principalmente lo hice cuando acudí a la psicóloga porque tenía mucha ansiedad.  Para aquellas personas que no sepan qué es la ansiedad, es un estado en el que la persona (en rasgos generales) siente que pierde el control de algunas situaciones, siente miedo e incluso pánico.  Pues bien yo sentí todo absolutamente: miedo, pánico, obsesión, evitar ciertas situaciones, etc.

Todo ello tenía un origen: quería tener el control de todo.  Si iba en coche, necesitaba saber qué itinerario iba a tomar.  Si alguien me decía: luego te cuento una cosa importante, ya me ponía en lo peor… En conclusión, un sinvivir que duró durante muchos años pero que afortunadamente he podido resolver.

Gracias a un autoanálisis me conozco un poco más

Cuando ya asumí y acepté que soy una persona que tiene ansiedad y que puede convivir con ello perfectamente, es como si ahora no existiese ese problema pero me he dado cuenta gracias a las diferentes terapias, tanto las naturales como las tradicionales, cómo realmente soy.

Estudiando las Flores de Bach y autoanalizándome (porque no hay persona más indicada, que la propia persona para saber qué es lo que pasa) me di cuenta de que mi ansiedad estaba provocada por la rigidez mental que tenía y que actualmente estoy trabajando.  En ese momento hice una lista de las emociones que pasaban por mi cabeza y qué esencias florales me identificaban en ese momento.

De una lista de más de 11 flores, de las cuales me sentía identificada, la que siento que más me caracteriza es Rock Water.  Se trata de una esencia que procede de agua de manantial y caracteriza a las personas que son duras con ellas mismas.  Se fijan unos patrones personales rígidos que tienen la necesidad de cumplir.  No disfrutan del momento presente debido a la disciplina que estas personas se han autoimpuesto.  La persona Rock Water intenta siempre alcanzar la perfección aun cuando a ojos externos ya lo han alcanzado, para los Rock Water no es suficiente.

Gracias a Rock Water entendí mi ansiedad

Cuando me di cuenta que yo hacía lo mismo que los patrones de Rock Water entendí que la ansiedad se basa en construcciones mentales, que quieres tener bajo control.  Me di cuenta que no disfrutaba 100% cuando hacía algo que me encantaba porque siempre estaba pensando en obligaciones que me había marcado.  Muchas veces queremos dar el 100% los 365 días del año y eso no es así.  La vida está llena de altibajos, hay días que te encuentras en el 100 y lo consideras un día maravilloso y hay días que puede ser un 40% pero no tiene que ser un desastre de día.  Puede ser la oportunidad para pensar que nosotros podemos cambiar esa situación y que a lo mejor tenemos que tomarnos las cosas de otra manera o que nos estamos empeñando en algo, que a lo mejor su solución es tomar otro camino distinto.

Actualmente trabajo aquello donde no estoy fluyendo y que me crea ansiedad

Como ya he entendido que soy una persona estricta y que no puedo cambiar la vida a mi manera (¡que ojalá!)  trato de mirar las cosas desde otra perspectiva para no gastar energía.  Por ejemplo: yo todos los días, me tenía que ver delante del espejo porque mi construcción mental era que tenía que ser una persona delgadísima para que todo el mundo me aceptase y así yo me sintiese mejor.

¿Cómo me comportaba? Pues me compraba cosas nuevas, no me permitía ni un capricho a la semana y si lo hacía después con una culpa inmensa… ¿Pensáis que se puede vivir así? ¿Qué yo iba a disfrutar de la vida? Para nada, agravaba cada vez más mi ansiedad.  Por ello, decidí hacer un parón y ver que eso era una construcción errónea que no tenía nada que ver conmigo.

Por ello, ahora que me conozco más, si ahora no puedo dar el 100% desde mi perspectiva, paro y recapacito si realmente puedo dar más o es que me estoy autoexigiendo.

¿Y vosotros? ¿Os sentís así también? ¿Cómo creéis que podías disfrutar un poco más?

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¡Feliz Jueves!