Antes de empezar, me gustaría decirte que no te voy a dar una serie de consejos para desarrollar tu vida y emprender una vida holística.  Simplemente te voy a comentar qué ha pasado en todo este tiempo desde que me he relajado en el mundo del fitness y he emprendido otro camino que me hace más feliz.

 

He vuelto…

 

¿Qué ha pasado? Te podrás preguntar.  Sinceramente no lo sé… Como dice mi madre: “me ha caído el crucifijo en la cabeza”.  A lo mejor me acabas de conocer y te preguntas por qué he vuelto, pues bien… Para que me conozcas más puedes profundizar aquí y así pones cara a quién te está contando todo esto…

Pero si lo que quieres es saberlo todo de forma rápida, decidí un día de la noche a la mañana participar en una competición de fitness, fue algo que me sobrepasó tanto a la salud como a nivel mental.

 

Estaba obsesionada con mi cuerpo

Todos los días, durante el proceso de la competición me miraba al espejo para ver si todo estaba en orden si la “chicha” que tenía se me había quitado… En fin, una obsesión que me estaba llevando a ser una persona que no era yo.  Miraba a la gente desde un punto de vista estético y superficial.  Cada día, me encontraba más delgada, sí… Pero… ¿qué había dentro de todo ello? Estaba llena de vacío, de inseguridades, de valores que ni yo misma me los creía, de una salud bastante pésima…  Por eso, dije ¡basta! Y lo dejé…

Poco a poco fui descubriendo que llevando a cabo una vida holística donde se contempla el cuerpo, la mente y el espíritu, me iba a encontrar mejor.

Como os decía antes, dentro había inseguridades que no conducían a nada.  Mi cuerpo me decía que parase, a través de sus síntomas: cada día más débil, más cansada, más llena de granos, más hambre… Así es como me lo manifestaba, y yo… Le di la espalda.  Cuando comprendí que ello no conducía a nada, decidí hacer un parón.

 

Hice un parón y partí de cero

No quería mostrarme en las redes con mi obsesión.  Esa no era yo… Dejé de disfrutar porque vivía obsesionada en lo que los demás hacían o comentaban… Yo eso no lo quería para mí. 

En mi casa, desde que nací prácticamente, mi madre siempre ha estado unida a la vida holística, el desarrollo personal, etc. pero yo lo ignoraba bastante, pensaba que la mente estaba sana mientras que solamente cuidases la parte física.  Pero descubrí que no, que cuando te das cuenta de lo que hay dentro, lo exteriorizas y cambias también tu exterior.

 

Así es como inicié mi vida holística

 

Decidí hacerme cargo de mis pensamientos, de analizar qué era lo que verdaderamente me llevaba a estar tan obsesion

ada por mi aspecto físico, por juzgar a los demás por las apariencias.  Llegué a la conclusión de que necesitaba relajarme más, no ser tan rígida conmigo misma.  Ello me llevó a disfrutar más mi inicio en mis estudios de nutrición, le di una nueva oportunidad al yoga, paseo más, me escucho, ando mucho, tomo mis preparados en Flores de Bach…

 

Un aspecto físico bonito, no te hace ser mejor persona ni ser una persona saludable al cien por cien.  Una persona que cuida sus pensamientos, que lo analiza y los trata, intentando entenderse, amarse y respetarse, es como es sana.  Lo demás va rodado solo.  Cuando decidí ser yo y no ser la persona obsesionada por el físico, se me fueron poco a poco los granos.  Cuando decidí ser yo, tal cual soy, comprendí a mi niña interior… Sin ser exigente, dejándome fluir, como la esencia Rock Water, que fluyo, no intento atrapar y tener todo rígido.  Fluyo como el agua y me empapo de experiencias que me enriquecen en la vida.

Cuando decidí llevar a cabo una vida holística, me conocí y así entendí qué es lo que me hace feliz y lo que no… Qué me hacía feliz: estar en mi casa, aprendiendo nuevas técnicas como la astrología, la comunicación animal, profundizando en las Flores de Bach…

Ahora, más o menos, tengo claro lo que quiero.  Y sí, digo más o menos, porque en líneas generales tenemos claro qué queremos en la vida, pero ¿y si fluimos y nos dejamos llevar y dejamos que la brújula recalcule?

Así es mí día a día ahora…

No te pienses que soy una persona que ahora está todo el día en el nirvana (ojalá).  Pero soy una persona normal y corriente que va todos los días a trabajar, que paga sus impuestos pero que ahora sí que sabe dónde quiere que su Sol brille.  A parte de esto, mi día a día, a parte de trabajar, disfruto mucho nutriéndome bien, con nutrición saludable, basada en plantas, hago yoga, paso tiempo con mi familia, aprendo lo que verdaderamente me gusta y hago lo que verdaderamente me gusta.

Lo que no me gustaba era hacer algo a lo que estaba supuesta a hacer… todo el mundo al gimnasio, pues yo la primera… Todo el mundo hace fotos de tal manera, yo también.  Hasta que llegué a la conclusión que eso me amargaba… Quería ser yo, quería ser feliz, no quería estar atrapada en pensamientos obsesivos.  Me hablé y conocí aquello que no me aportaba nada positivo y lo deseché…

Si quieres ver más sobre mi día a día, te recomiendo que me sigas en mi Instagram @cheat_fit

Si además quieres contactar conmigo puedes hacerlo a través de mi correo hola@carolamarneh.com

Y tú, ¿cómo iniciarías tu vida holística?

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